viernes, 7 de septiembre de 2018

Las compañías

Tener amigos artistas o amantes del arte es un coñazo, y esto es un hecho. No puedes escaparte de sus delirios de grandeza ni de sus abismales depresiones. Las conversaciones tienen, por supuesto, sus correspondientes tintes poéticos, palabras grandilocuentes. Hay que tener cuidado con no profanar su adulterado modo de vida y su idílica visión de las cosas, eso puede dañarles. Nadie quiere dañar a un amigo artista, ¡cómo para que luego se ponga a expresar su dolor en forma de cuadro o de canción!

Es que mira esto.

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